Luego de tres meses de encierro forzado recibo disgustado la noticia de la liberación parcial, gota a gota, con la cual se pretende restablecer la normalidad del planeta y volver a una vida que ya no será lo que fue desde la aparición de la primera víctima del Covid-19.
Comiéndome los ahorros de toda una vida me quedó como anillo al dedo el forzoso cautiverio al cual nos sometían los gobernantes del mundo, cuyas únicas armas contra el agresivo microorganismo eran el lavado de manos, el tapa bocas y una vacuna aún inexistente. Después de 46 años de ejercicio profesional me veía obligado a un ocio que se presentó cuando me dedicaba a buscar trabajo. Así que aproveché ese tiempo para leer los libros que siempre me propuse leer y que nunca había leído, así como hacer lo propio viendo un centenar de películas, viejas y nuevas.
Para entonces sospechaba ya que muy pronto dejaría las fieles chancletas de goma que me acompañaron durante aquellos días para volver al rescate de los castigados mocasines, guardados en lo más oscuro del closet. Lo mismo ocurriría con los shorts playeros, que le darían paso a los antiguos pantalones que no cerrarían por el aumento de peso, ganado en un episodio de esta guerra pasiva contra el infame bacilo que va tomando posesión de continente tras continente.
Comprendía, entonces, sin mucha nostalgia, que esos vestidos y demás atuendos ya no servirían de nada porque el mundo no sería el mismo y la desaparición del beso, del abrazo bien apretado, de los espectáculos de masas delirantes, de todo tipo de restaurantes, de la rumba infinita, del turismo desaforado, del metro repleto, del desempleo masivo y el consumismo desenfrenado, no vienen a ser otra cosa sino los síntomas de que lo que está en juego es el fin de la humanidad.
Excelente artículo Roberto!! Mucho gusto en saludarle. Sere muy breve en mi humilde opinión; porque aquí el experto eres tú!
Actualmente estamos viviendo momentos impactantes en todo el mundo.
Existen demasiadas interrogantes… Orden Mundial, Bill Gatess, Poder Mundial, Izquierda Mundial, Fin de la humanidad. Tantas preguntas sin respuestas. Yo te pregunto ahora, ?la humanidad merece desaparecer? ?O son los humanos, que desean que desaparezcan ¿ Y ante toda esta incertidumbre que nos arropa, esta es mi respuesta: Jesús es el camino, la verdad y la vida.
Un cálido y fuerte abrazo. PD: Me encantó el Título y haber escuchado aclos 007!!????
Orgullosa de ver nuevamente y a pesar ( o quizás mejor decir, gracias a) de la contingencia vital que sufrimos, el nombre de uno de los últimos reflejos brillantes del apellido GIUSTI, reaparecer en la palestra pública con todo el empuje, el coraje y valentía a la que nos tenía acostumbrados. Felicitaciones primo querido, siempre pendiente de tu trascendente figura.
Siempre he admirado el trabajo periodístico de mi gran amigo Roberto.Deseo contactarlo a través de mi email.Vivo en Ejido y fuimos compañeros en el Diario Frontera en sus inicios 1979.Saludos.